miércoles, 3 de abril de 2013

Café Pendiente

Entramos en un pequeño bar, pedimos y nos sentamos en una mesa. Más tarde entran dos personas.:
- Cinco cafés. Dos son para nosotros y tres “pendientes”.
Pagan los cinco cafés, beben sus dos cafés y se van. Pregunto:
- ¿Cuáles son esos “cafés pendientes”?
Me dicen:
- Espera y verás.
Luego vienen otras personas. Dos chicas piden dos cafés, pagan normalmente. Después de un tiempo, vienen tres abogados y piden siete cafés:
- Tres son para nosotros, y cuatro “pendientes”.
Pagan por siete, se toman los tres y se marchan. Después un joven pide dos cafés, bebe sólo uno, pero paga los dos.
Estamos sentados, hablamos y miramos a través de la puerta abierta la plaza iluminada por el sol delante de la cafetería. De repente, en la puerta aparece un hombre pobremente vestido y pregunta en voz baja:
- ¿Tienen algún “café pendiente”?
Este tipo de caridad, por primera vez apareció en Nápoles. La gente paga anticipadamente el café a alguien que no puede permitirse el lujo de una taza de café caliente. Allí dejaban en los establecimientos de esta manera no sólo el café, sino también comida. Esa costumbre ya ha salido de las fronteras de Italia y se ha extendido a muchas ciudades de todo el http://ziza.es/2013/04/03/El_cafe_pendiente.htmlmundo.
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Hasta el momento no hemos sido capaces de autentificar la veracidad de la historia. Seguiremos investigando. Aún y todo, la idea no es mala. Y no sería malo que se extendiera. Un pequeño acto para uno, puede suponer mucho para el que lo recibe. ¿Qué os parece la idea?

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